Durante la revolución industrial los molinos de viento jugaron un papel importantísimo en la expansión de los ferrocarriles alrededor de la nación, ya que, al requerirse agua para la operación de los primeros motores de vapor, los molinos fueron la solución ideal en acelerar su producción. Esto conllevó a que, más de 1,000 fábricas grandes y pequeñas comenzaran a producir molinos de viento para aumentar las capacidades de bombeo de agua. Entre los años 1850 y 1970 se instalaron sobre seis millones de molinos mecánicos en los EE.UU., siendo la energía eólica un componente clave en aumentar la efectividad y diversidad laboral al también apoyar la agricultura industrial y la seguridad alimenticia de la creciente población.
El primer generador eólico de electricidad fue inventado en el invierno de 1888 en Cleveland, Ohio por Charles F. Brush quien fue un reconocido inventor industrial norteamericano, considerado como uno de los “padres” de la industria eléctrica hasta el día de hoy. El diámetro de su aparatosa turbina era de 17 metros (50’ pies), tenía 144 palas de rotor hechas de madera de cedro y generaba aproximadamente 12 kilovatios (kW) de potencia eléctrica. Con esta invención se generó un cambio exitoso y efectivo para llevar electricidad a zonas rurales y lugares remotos hasta donde la red principal no llegaba. Adicionalmente, para el año 1900, se produjeron y comercializaron pequeñas turbinas eólicas con el potencial de generar de entre 5 kW a 25 kW de poder eléctrico.
¿Estarían conscientes las zonas rurales que estaban promocionando una alternativa de energía sustentable?
Es posible que estas zonas hubieran estado conscientes de los beneficios que les brindaba la energía renovable, pero la era inicial de las turbinas eólicas llegó a su fin cuando se encontraba naciente. El 11 de mayo de 1935 se creó la Administración Federal de Electrificación Rural (REA) de los Estados Unidos. Como entidad pública, la misma se dedicaba a promover la expansión del servicio eléctrico a las áreas rurales donde las compañías eléctricas privadas no alcanzaban. Esto se debía principalmente a los altos costos que implicaba el tendido de cables hacia estas zonas remotas. Con esto, la industria de turbinas eólicas eléctricas dejó de ser la primera opción energética fuera de las ciudades.
Sin embargo, los avances en las industrias de energía eólica continuaron en otros ámbitos y zonas del país. En Europa se lograron grandes avances y algunos estadounidenses continuaron con el desarrollo de proyectos completamente eólicos. Mientras que, en el estado de California, por ejemplo, se instalaron 15,000 turbinas entre los años 1981 y 1986 debido a iniciativas regionales centrales. Las turbinas eólicas de los 80ta tenían una capacidad de producir más de 1,000 megavatios (MW) de potencia para California en escala de utilidad, pero fue durante la década de los 1990ta que la potencia total aumentó a 2,200 MW, lo que representó la mitad de la energía eólica del mundo.
¿Cómo se encuentra la industria eólica en el 2019?
A pesar de los grandes avances con la energía sustentable, todavía existe un reto por sobrepasar. La energía eólica ha probado su poder históricamente, pero solo está siendo utilizada para suplir menos del 20% por ciento de la energía global. Presentemente, las fuentes de energía sustentable no han logrado rebasar la popularidad comercial que tienen los combustibles fósiles. Mientras que la motivación primordial que tiene el consumidor para optar por energía renovable es por preocupaciones ambientales o monetarias. Sin embargo, es una realidad que todavía muchos consumidores ven un futuro de energía renovable lejos de sus presupuestos.
No está demás decir que grandes avances han sido logrados en la industria durante los últimos años, sobretodo por la creación de las granjas eólicas en escalas de utilidad. Estas se componen de terrenos apartados y acaparados por numerosas turbinas de viento para recolectar energía constantemente. Inclusive, la primera granja eólica del mundo fue instalada en 1980 en el estado de New Hampshire, con una capacidad de 0.6 megavatios (MW) y compuesta por 20 aéreo generadores con potencia de 30 kilovatios (kW) cada uno.
Desde entonces, la popularidad de estas granjas generadoras de energía han subido en escala. En la actualidad la granja eólica más grande del mundo está en el ambiente desértico de Gansu en la República Popular China. El proyecto iniciado en el 2009, ahora cuenta con una capacidad de 7,965 MW aproximadamente, pero tiene como objetivo alcanzar 20,000 MW próximamente en el 2020.
A pesar de todo, la energía eólica continua en su crecimiento como industria. Se estima que para el año 2024 el mercado global de generadores eólicos estará a punto de cruzar los $70 billones, según un estudio publicado por Global Market Insights. Las variables positivas que ofrece invertir en energía eólica para un país son numerosas, desde la creación de empleos bien pagados, la reducción de la huella de carbón, hasta la generación de energía limpia, la continua inversión por parte de la industria mantendrá su impacto beneficioso soplando fuerte.